martes, 11 de junio de 2019

LIDERAZGO FEMENINO Y VIOLENCIA EN EL PERU DE LOS 90

LIDERAZGO FEMENINO Y VIOLENCIA EN EL PERÚ DE LOS 90

 Lo cierto es que el Perú parece entrampado en un pasado irresuelto de injusticias y adversidad, en el cual la violencia de Sendero Luminoso y la respuesta igualmente violenta del aparato del Estado han despertado el viejo le6n dormido del encono y la animadversión entre los peruanos. Existe una deuda social impaga que cotidianamente nos pasa la factura. Las respuestas son múltiples: desde la destrucción total con el aniquilamiento del "viejo Estado" propugnado por Sendero hasta la aquiescencia de la opinión pública con una propuesta autoritaria y veladamente dictatorial como la del régimen actual, que ofrece orden y seguridad. De otro lado, no deja de ser paradójico que sea en el marco de una democracia cuando en el Perú sucedan los horrores de la "guerra sucia" que se desnudaron en los países del Cono Sur durante los regímenes dictatoriales. Las formas organizativas para el consumo colectivo de alimentos y las acciones de las mujeres que las lideraron fueron motivo en el país de apasionados debates que pendularrnente las calificaron de espacio democrático, solidario y emancipatorio para los grupos femeninos y, de otro lado, las estigmatizaron por estar ceñidas a los viejos estilos nacionales del caudiliismo y el autoritarismo. Posiblemente esté maduro el momento de un balance más reflexivo, que rescate los beneficios personales que obtuvieron sus integrantes y también su condición humana, es decir, su imperfección, reiievando el proceso de conformación de estos grupos en actores sociales, en sujetos colectivos. Porque así actuaron en todos los espacios disponibles: el barrio, las calles con sus movilizaciones, las agencias donantes y el Parlamento. Fueron eficientes en su papel de madres nutritientes y actuando, ganaron en confianza personal, en auto-estima. Es posible que en ese camino, las diri- gentes vieran en el liderazgo de una organización un canal, sino de ascenso, sí de visibilidad social. ¿Y qué si así lo fuera? ¿A qué espacios de realización personal y10 prestigio podían aspirar estas mujeres de barriada, mestizas y de piel oscura, amas de casa y madres sin una carrera profesional? Si entendemos la ciudadanía no sólo como el ejercicio grupa1 de reclamos sociales sino también como un proceso de individuación que nos permita reconocemos en y con los otros como sujetos portadores de derechos individuales, lo que hicieron Juana López, María Elena Moyano, Bemardina Maldonado y tantas otras líderes populares asesinadas por Sendero Luminoso en los últimos dos años fue un proceso de afirmación ciudadana. Pero en la tendencia a la uniformización hacia abajo que recorre el comportamiento social peruano, encajó Sendero Luminoso. Interrumpió el proceso personal de las líderes y congeló las aspiraciones de la capa dirigencid de recambio, que atenazadas por el terror renunciaron u optaron por el perfil bajo. Sentirse orgullosas de ser reconocidas y valoradas, distinguirse por sus habilidades de conducción y eficíencia a la postre les había costado la vida a las otras dirigentes. También en este sentido Sendero Luminoso es una fuerza retardataría del cambio que empató con el malestar y la desconfianza que en un ambiente de enorme privación genera la diferenciación del otro. Finalmente, las organizaciones de sobrevivencia no son sólo amortiguaron el impacto de la depresión económica en las familias pobres, desactivando así una de las válvulas de la explosión social que Sendero Luminoso buscaba, sino que demostraron que desde la práctica social autogestionaria era posible tender puentes de negociación con el Estado, constmcción inadmisible en una estrategia de confrontación y destrucción del viejo orden. 



Los 7 tipos de violencia de género (y características)


Los 7 tipos de violencia de género (y características)

Una mujer llega al hospital debido a una serie de lesiones. Un moretón en el ojo, quemaduras, arañazos en la espalda, la muñeca fracturada, daños en el aparato genital, un historial de visitas al hospital por supuestas caídas… Si bien pueden deberse a muy diversas causas, la presencia combinada de estos factores hace sospechar de la existencia de violencia de género.
Este tipo de violencia es un problema que aún permanece en la sociedad actual y que se ha llevado por delante la vida de numerosas personas, asesinadas a manos de su pareja. Pero la violencia de género no se reduce a la agresión física. Existen diversos tipos de violencia de género, el cual desvirtúa y menoscaba la situación de una persona a causa de su género.

El concepto de violencia de género

Se entiende por violencia de género (o violencia machista, según otras fuentes) a todo aquel tipo de violencia que se lleva a cabo vulnerando el bienestar físico, psíquico o relacional de una persona debido a su sexo o identidad de género. Se usa de manera intencional la agresión, sea mediante la fuerza física o, con el propósito de causar daños, coaccionar, limitar o manipular a la persona objeto de violencia.
Este tipo de violencia puede provocar efectos demoledores en las víctimas. A nivel físico pueden producirse lesiones serias que pueden llevar a la incapacitación, al coma o incluso a la muerte. A nivel psicológico es frecuente que las personas que sufren violencia de género no sean capaces de denunciar, generalmente debido al miedo de posibles repercusiones para ellas o sus seres queridos, la presencia de incredulidad o la creencia de que no van a ser apoyadas.
Tampoco es infrecuente que las víctimas se sientan culpables o responsables de la situación o que teman producir dolor en otras personas (por ejemplo, ante la presencia de hijos). Incluso, según el tipo de educación recibida o el tiempo que la víctima haya podido ser manipulada, se puede llegar a pensar que se trata de una conducta normal y/o que se sientan merecedoras de ella.

Causas

Generalmente la parte agresora actúa movida por el deseo de poder y dominación, y es frecuentemente influenciada por los estereotipos de género. Generalmente detrás de ello hay sentimientos de inseguridad y poca autoestima que se intenta suplir a través de la dominación de quien el individuo considera inferior o incapaz de hacerle frente.
También es posible que haya una autoestima exagerada con tintes narcisistas que produzca que se consideren los propios derechos por encima de los del resto. Puede encontrarse en algún caso un maltrato instrumental dirigido a un objetivo concreto. Por último, la ausencia de empatía es un fenómeno y/o una impulsividad no controlada pueden facilitar la agresión.

Distinguiendo tipos de agresiones

Cuando hablamos de violencia de género solemos pensar en situaciones en que se dan agresiones dentro de una pareja. La situación de violencia de género más común es la de un hombre que comete una serie de abusos continuados y sistemáticos una mujer por el hecho de ser mujer, a la cual considera inferior o pretende dominar.
Es por ello que frecuentemente la violencia de género es confundida con la violencia machista o contra la mujer. Sin embargo, no se ha de olvidar que también existen varones que sufren este tipo de violencia por parte de sus parejas. Además, si bien no se suele considerar violencia de género al no basarse en el sexo o la identidad sexual, no se ha de olvidar la existencia de violencia en la pareja en parejas de personas del mismo sexo. Es por ello que hoy en día, más que violencia de género debería hablarse de violencia de pareja.

Tipos de violencia de género

Tal y como se ha indicado anteriormente, el concepto de violencia de género incluye una amplia variedad de actitudes y actuaciones que pueden dañar a la persona desde diferentes dimensiones. A fin de cuentas, existen muchas maneras de dañar a una persona.
Si bien no en todos los casos se agrede a la persona desde todos los ámbitos, dentro de la violencia de género podemos encontrar los siguientes tipos de violencia.

1. Violencia física

La más visible y reconocida como violencia de género, se considera violencia física todo aquel acto en que se inflige un daño físico a la víctima que a través de la agresión directa. Dicho daño puede ser temporal o permanente.
Dentro de este tipo de violencia se incluyen golpes, heridas, fracturas, arañazos. Si bien en ocasiones se pueden llegar a trivializar o considerar que pueden producirse durante una discusión, empujones y zarandeos también entran dentro de la categoría de violencia física. Se pueden producir una incapacitación física debido a las consecuencias de las agresiones, e incluso según el nivel de daños causados puede llevar a la muerte.

2. Violencia psicológica

Este tipo de violencia se caracteriza porque, si bien a nivel físico puede no existir una agresión, la víctima se ve humillada, minusvalorada y atacada psicológicamente. Dicho ataque puede ser directo y realizado activamente en forma de insultos y vejaciones o bien llevado a cabo de un modo más pasivo, desvalorizando a la pareja sin que ésta considere que está sufriendo un ataque.
La violencia psicológica incluye la presencia de humillaciones, amenazas y coacciones (utilizándose en algunos casos la amenaza de agresión física a la víctima o a allegados), desprecio y desvalorización. También hacer que la persona se sienta indefensa, obligada a hacer determinadas acciones y dependiente del agresor, culpable de la situación de abuso y merecedora de un castigo.
Debido a que en muchas ocasiones no se percibe una agresividad directa en el mensaje, muchas víctimas no son conscientes de estar siendo maltratadas y no emprenden acciones contra el agresor. Se puede considerar que prácticamente en todos los casos de violencia de género, independientemente del tipo y motivo de ésta, hay violencia de tipo psicológico.

3. Violencia sexual

Si bien de algún modo podría considerarse dentro de la violencia física, la violencia sexual se refiere concretamente a aquel tipo de situaciones en que una persona es forzada o coaccionada para llevar a cabo actividades de índole sexual en contra de su voluntad, o bien en que la sexualidad es limitada o impuesta por otra persona. 
No es necesario que exista penetración ni que se produzca el acto sexual. Incluye la presencia de violaciones dentro de la pareja, la prostitución forzada, forzar la concepción o el aborto, mutilaciones genitales, acoso sexual o tocamientos indeseados entre otros.

4. Violencia económica

Este tipo de violencia se basa en la reducción y privación de recursos económicos a la pareja o su prole como medida de coacción, manipulación o con la intención de dañar su integridad. También se considera como tal el hecho de obligar a depender económicamente del agresor, impidiendo el acceso de la víctima al mercado laboral mediante amenaza, coacción o restricción física.

5. Violencia patrimonial

Se considera violencia patrimonial la usurpación o destrucción de objetos, bienes y propiedades de la persona víctima de violencia con intención de dominarla o producirle un daño psicológico. En muchos sentidos, estos bienes son el fruto de décadas de trabajo, y destruirlos es una manera de hacer ver que todos esos esfuerzos no han servido de nada. Sin embargo, hay que señalar que este tipo de agresiones pueden afectar a la vez a otras personas, especialmente a los vecinos.

6. Violencia social

La violencia social se basa en la limitación, control y la inducción al aislamiento social de la persona. Se separa a la víctima de familia y amigos, privándola de apoyo social y alejándola de su entorno habitual. En ocasiones se pone a la víctima en contra de su entorno, produciendo que o víctima o entorno decidan desvincularse.
Por ejemplo, los ataques contra la fachada del hogar son muy característicos de este tipo de violencia, ya que permiten dejar signos visibles por todo el mundo de que la víctima merece ser atacada a la vista de todos.

7. Violencia vicaria

Un gran número de parejas en las que se produce violencia de género tienen hijos. En muchas ocasiones el agresor decide amenazar, agredir e incluso matar a dichos hijos con el propósito de dañar a su pareja o ex-pareja. 
Este tipo de violencia es denominada violencia vicaria, que también incluye el daño causado a los menores por la observación de malos tratos entre los progenitores. El impacto psicológico es lo que se busca, a través del control, el sometimiento y las agresiones a personas que no están directamente involucradas en el núcleo del conflicto.

Cuidado: la violencia de género no es solo en la pareja

Cuando pensamos en violencia de género en lo primero que pensamos es la existencia de malos tratos en situaciones de pareja. Pero la violencia de género no es específica del ámbito de la pareja, sino que puede darse en múltiples ámbitos sin necesidad de que quien la lleve a cabo sea un cónyuge. Las instituciones, la familia y la sociedad en general también pueden ser lugares donde aparezcan situaciones de violencia de género como las anteriores.
Es necesario trabajar de cara a prevenir y concienciar a la ciudadanía, educando en diferentes aspectos como la tolerancia a la diversidad, la igualdad de derechos y oportunidades y la educación emocional de cara a evitar nuevas situaciones de violencia de género.

Fuente: https://psicologiaymente.com/forense/tipos-violencia-de-genero

La violencia de género en situaciones de emergencia

Imagen del UNICEF
© UNICEF/NYHQ2005-0972/Ron Haviv
Mujeres y niñas salen del campamento de Abu Shouk para personas desplazadas, cerca de la ciudad de El Fasher, capital del Estado de Darfur del Norte, para recoger leña. El viaje puede tomar más de siete horas: tienen que dejar atrás los puestos de control del gobierno y están expuestas a ataques. Niñas de apenas ocho años de edad han sido atacadas, violadas o asesinadas tratando de recoger leña, que es esencial para cocinar en el campamento
La violencia basada en el género (VBG) es un término utilizado para describir los actos perjudiciales perpetrados en contra de una persona sobre la base de las diferencias que la sociedad asigna a hombres y mujeres. Mientras que se entiende a veces que la interpretación más amplia de la violencia de género incluye tipos específicos de violencia contra hombres y niños, tanto históricamente como en la actualidad el término se utiliza principalmente como una forma de poner de relieve la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas a las diversas formas de violencia en los lugares donde son víctimas de la discriminación porque son mujeres. Entre los ejemplos de violencia de género que afectan a las mujeres y las niñas en todo su ciclo vital cabe destacar: el aborto selectivo por razones de género, las diferencias en el acceso a la alimentación y los servicios, la explotación y el abuso sexual, el matrimonio infantil, mutilación/ablación genital femenina, el acoso sexual, el abuso en el precio de la dote, los asesinatos de honor, la violencia doméstica o íntima, la privación de la herencia o de los bienes, y el maltrato de las personas mayores.
Un aspecto fundamental de la violencia de género contra las mujeres y las niñas es que la violencia se utiliza en las culturas de todo el mundo como una forma de preservar y mantener la subordinación de la mujer con respecto al hombre. En otras palabras, los actos de violencia contra las mujeres y las niñas son a la vez una expresión y una manera de reforzar la dominación masculina, no sólo sobre las mujeres y las niñas individuales, sino las mujeres como una clase entera de personas. La violencia tiene sus raíces en los desequilibrios de poder y desigualdad estructural entre hombres y mujeres.
Aclarar que la discriminación de género es un elemento central en la comisión de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas refuerza las obligaciones de los estados para trabajar hacia la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas como parte de sus responsabilidades para proteger y promover los derechos humanos universales. 
En estos casos, la comunidad humanitaria tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad, el bienestar y los derechos de las personas en riesgo de violencia de género, independientemente de si existen datos sobre el verdadero alcance del problema. Es probable que los datos disponibles sobre la violencia de género, incluidos informes de la policía, jurídicos, médicos o de otras fuentes, sólo representen una proporción muy pequeña del número real de incidentes de violencia de género. Por lo tanto, se debe asumir que la violencia de género será un problema en toda situación de emergencia, lo que requiere que todos los actores humanitarios (por ejemplo, las personas que trabajan dentro y fuera de los sectores de agua y saneamiento, salud, nutrición, logística, educación, protección, etc.) tomen medidas para hacerle frente.
En caso de emergencia, los sistemas de protección de la infancia –incluidas las leyes, políticas, normas y servicios en todos los sectores sociales, en especial de bienestar social, educación, salud y seguridad– se debilitan e interrumpen. El desplazamiento y la separación de las familias y las comunidades colocan a las mujeres y las niñas en mayor riesgo de violencia y abuso. La violencia sexual puede ser utilizada como método de guerra para brutalizar e infundir miedo a la población civil. 
De acuerdo con Directrices sobre la violencia basada en el género en situaciones de crisis humanitaria, del Comité Permanente entre Organismos, UNICEF se compromete con los principios de seguridad, confidencialidad, respeto y no discriminación centrados en la persona sobreviviente, que tratan de minimizar el daño y maximizar la eficiencia de las intervenciones de prevención y de respuesta. El enfoque de UNICEF para hacer frente a la violencia de género reconoce que la lucha contra la violencia de género requiere una estrategia integral que dé prioridad al acceso a los servicios y fomente a la vez un entorno protector por medio de la coordinación de la prevención de la violencia de género y las actividades de respuesta de todos los actores humanitarios. UNICEF y sus aliados apoyan las reformas de las políticas y la implementación de mecanismos para fomentar un entorno protector para mujeres, niñas, hombres y niños. UNICEF promueve el fortalecimiento de la capacidad del personal de salud, bienestar social, justicia y seguridad para reconocer y controlar la violencia de género mientras que proporciona a los sobrevivientes unos servicios rápidos y respetuosos. Por último, UNICEF apoya los debates de la comunidad que abordan las normas de discriminación para cambiar los comportamientos nocivos y poner fin a la violencia de género.
Visite la página de recursos para obtener más información.


 

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/protection/57929_58001.html



https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/vaso-medio-lleno-eduardo-dargent-stephanie-rousseau-noticia-640624

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NO MÁS VIOLENCIA DE GÉNERO



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VIOLENCIA DE GÉNERO: UN PROBLEMA DE DERECHOS HUMANOS

Si bien las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a los hombres como las mujeres, su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima. Los estudios sobre la materia permiten afirmar que toda agresión perpetrada contra una mujer tiene alguna característica que permite identificarla como violencia de género. Esto significa que está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer. La violencia de género puede adoptar diversas formas, lo que permite clasificar el delito, de acuerdo con la relación en que ésta se enmarca y el ejercicio de poder que supone, en las siguientes categorías: violación sexual e incesto, asedio sexual en el trabajo y en las instituciones de educación, violencia sexual contra mujeres detenidas o presas, actos de violencia contra las mujeres desarraigadas, tráfico de mujeres y violencia doméstica. En el presente documento se estudia en detalle esta última forma, sin dejar de mencionar y describir las otras, puesto que en los últimos años ha dado origen a nuevas e importantes instituciones y enmiendas de las legislaciones, y en torno a ella se han articulado acciones colectivas de las mujeres. La falta de datos estadísticos que podrían revelar la verdadera magnitud del fenómeno en América Latina y el Caribe es un obstáculo que dificulta la mejor comprensión de la problemática de la violencia de género. Aunque su incidencia es mucho más alta que lo consignado en los registros oficiales, los estudios del tema permiten inferir su carácter epidemiológico. La mayor parte de los datos presentados en este estudio provienen de investigaciones y documentos de organizaciones no gubernamentales y de organismos internacionales que han hecho investigaciones en esta área en los últimos años. Las propuestas que se plantean se basan en el carácter irreductible de los derechos de las mujeres, en la obligación del Estado de protegerlos y garantizarlos, y en la convicción de que el respeto de los derechos humanos también es una condición esencial para el desarrollo de nuestros países y el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos de toda la población. Se plantea, asimismo, la necesidad de analizar el tema de los derechos humanos y de la violencia de género desde una perspectiva que ofrezca posibilidades de cambios culturales estructurales que conlleven el respeto de los derechos de las mujeres y cuestionen la inevitabilidad de la violencia en las relaciones de género.

Fuente: https://www.cepal.org/mujer/noticias/paginas/3/27403/violenciadegenero.pdf